Cada
proyecto que iniciamos en nuestra vida, no importando su dimensión crea una
incertidumbre en los seres humanos y
cuando se trata de un centro educativo mucho mas, pues cuando se nos habla de
cambios, de innovaciones y de rompimiento de rutina, hay resistencia.
Realizo
una profunda auto-reflexión cuando se habla de apertura y de participación,
pues hay personas muy cercanas a nuestro alrededor que hacen vida en la
institución y hasta fuera de ella que les crea cierto resquemor, al entender
que agentes que uno cree son externos puedan ofrecer o expresar sugerencias y
posiciones sobre el accionar de la
escuela, pero de verdad hemos comprobado que cuando se participa se crea un
sentido de pertinencia que solo se logra con la apertura, la comunicación y la rendición de cuenta, como entes
fundamental para una participación real y efectiva.
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