La
educación es más que academia, es más
que titulación, es más que teoría, es más que información, más que exhibición
de conocimiento, es más que evaluación.
No puede ser academia, pues basta
ver cuántos institutos llamados
académicos y con ese hecho se ha arreglado nuestra nación. Pues digo que no. Qué
han hecho por educar a la gente que por ellos pasan buscando salvación y luego
que egresan salen desilusionados y con
sobrada razón. El problema es mayúsculo,
academizado y sin educación porque no han encontrado un espacio digno donde
poner a prueba su academia y siguen para delante enfocándose en otro rincón a ver si encuentran su verdadera sazón.
Y hacen cualquier acción cobrando su inversión por su preparación, pero ahora
con mayor facilidad debido a la nueva información. Y qué hablar de titulación. Si por eso fuera,
entonces hablaríamos de un pueblo dirigido por personas con un alto nivel de
educación, pues los títulos cuelgan en
cada rincón de una oficina pública o por las llamadas privadas, que muchas son. Pero de todos modos son parte
de nuestra nación como erario público o por diferenciación. Y con eso se ha resuelto la deshumanización,
que transita por doquier en nuestra república. La que diseñó Duarte y los que junto a él
creyeron. Qué triste ver, cómo se desvanece lo que otros hicieron. A nadie le
quepa la menor duda, pasaron por
academia, pero no la que tenemos hoy,
porque sí que se formaba con honra y honor y no me vengan a decir que los
tiempos cambian, podrán cambiar para otros asuntos, pero no para enseñar cómo
ser gente útil y de valor, capaz de
trabajar por el bien de un pueblo y la libertad tan deseada, cuidado, no para servirme de ella y hacer lo que me venga en ganas.
De las escuelas y universidades egresan grandes teóricos, que si han aprovechado las
cátedras y repetición de información que con esfuerzo y dedicación ponen sobre
la mesa los encargados de tal acción. Entonces tendríamos un alto porcentaje de
ciudadanos malamente educados, pero teóricos sí que son. Capaces de repetir la
historia desde Carlomagno hasta Casandra Damirón, quienes fueron grandes
héroes y dejaron su pellejo con todo su
fervor para cumplir con un propósito del que gozamos hoy. Ahora pregúntenles
quienes están dispuestos a seguir sus pasos, en este nuevo espacio, que se nos presenta hoy, en defensa de un
pueblo o una gran nación por lo que pasaron a la historia y recordados son. Y
eso que estamos en la llamada era del conocimiento, la pregunta sería, conocimiento
del pasado o del que necesitamos hoy. Sin quitarle mérito a lo que pasó, pues
nos sirve de marco de referencia para
quien principia y necesita orientación, aunque estamos en otros tiempos y se
requiere ver lo que conviene en este momento para poder ser pertinente y
verdaderamente hablemos de educación a tono con la demanda hoy.
Y los
llamados responsables de la transformación, solo se dedican a repetir la
información, y no se sientan a diseñar el sistema operativo que le permite la
ejecución, que en sobradas ocasiones, han dicho que es la educación. Porqué
detener el paso, pues mientras más se tarda, se amplía la brecha y la desazón y
se pierde la esperanza que dicen”
mantiene vivo “ como único aliciente para quienes sueñan con una mejor nación. Dejemos
de buscar culpables y esperar que los gobiernos hagan y cuando no lo hace,
insistimos en lo malo que son. También dejemos de creer que, la educación es asunto del gobierno bajo el manto del
Estado, cabe una gran pregunta,
quiénes forman el Estado, un presidente que sólo está ahí para hacer ejecutar
el plan y las leyes que juntos han trazados los arquitectos del pueblo, bajo el
título de Estado Nación o todos los ciudadanos que habitan en esta tierra que,
por mucho que la han exprimido, todavía mantiene su primor. Es hora de asumir y
ser corresponsables en vez de buscar culpables y rescatemos a nuestro pueblo,
asumiendo el compromiso para el cual fuimos llamados que echándonos la culpa no
resolvemos el caso.
Continua…..
Arelis
Josefa Estévez Corniel
Santiago
R.D.
24 de
junio 2012